lunes, 27 de febrero de 2012

El problema de la adicción al juego.

Cuando uno quiere mover fichas, al principio uno lo hace despacio, paciente, respetuoso, cauteloso, si ninguna expectativas, pensando, en que uno no tiene nada que perder. Una paradoja, en realidad.
Cuando uno va avanzando se siente más cómodo, pierde un poco la cautela, y se arriesga más, por que encontró el sabor al asunto, o la manera de moverse. Y entonces uno empieza a avanzar más y cada ves más, por que honestamente si retrocedes una o dos jugadas no pasa nada, por que sabes que podes seguir igual.
El problema, o el verdadero problema llega, cuando uno esta avanzando demasiado rápido, y no quiere retroceder, el punto se torno adictivo, y cada acción que uno realiza, hace creer que uno avanza y avanza, pero en realidad, algunas de esas acciones le hace retroceder. El retroceder, en este caso no es algo bueno, por que lo obliga a seguir avanzando, por la adición de llegar al final. En el avanzar, podes cometer aun más errores, por que uno no piensa.
El momento culminante llega, cuando uno se da cuenta de que esta retrocediendo en ves de avanzando. El jugador se da cuenta de sus dos opciones, o es demasiado tarde y uno no puede avanzar más. O, cambiar la estrategia, esperar unos turnos y volver a jugar nuevamente.

Esto nos pasa a todo los jugadores que jugamos al Juego de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opiniones reciprocas.