miércoles, 8 de febrero de 2012

¿Alguna ves corriste abajo de la lluvia?

Nada estaba bien, la cosa no funcionaba, vos sabias que era así, desde un principio, pero igual le diste la oportunidad. Por un lado de tu inconsciente sabias que en algún momento él o vos, alguien, iba a salir lastimado. El día llegó, fuiste vos la que sufriste. El directamente te lo dijo, de la peor manera: "Me agobias"... "Quiero respirar, y con vos así, no puedo". Palabras, de las cuales no encontraste sentido alguno. Le pedís una explicación, él no te la sabe dar. Es claro, que simplemente se quiere liberar de vos. Vos sos madura, pero en caliente, sos cualquier cosa. Y le decís que vos en realidad, lo querés dejar a él, y lo haces. Por que fielmente tenes impuesto de que sos una mujer, fuerte, libre e independiente. Aunque ni vos te la crees.
Golpeas fuerte la puerta, y caminas, rápido, y cada ves más rápido. Hasta que paras, por que te diste cuenta de lo que hiciste. Y no podes respirar, y pones tus manos sobre tus rodillas, y te largas a llorar, y respiras fuerte, cada ves más fuerte. Y te quedas ahí un rato.
El cielo se puso negro, y solo los rayos de los relámpagos iluminan la oscura calle, las gotas de aguas te empiezan a mojar, y no estas segura si son las gotas de tus lagrimas, o de el cielo. La lluvia empieza a caer más fuerte, y miras al cielo.
Abrís tus brazos y te entregas completamente a la lluvia, sentís una sensación liberadora, esta todo mal, pero a la ves sentís que esta todo muy bien, y empezás a correr, a correr sola sobre ese cielo que no para de mojarte.
Sos vos y la lluvia, en ese momento, en ese tiempo, en ese lugar. Y por ese instante no te importa absolutamente nada.

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