domingo, 29 de mayo de 2016

Las gotas caen arriba de mi cabeza, raspan mi piel.
Algunos piensan que son ácidas, pero la realidad es que tienen un gusto agridulce.
Sacian la sed, y refrescan del calor húmedo que viene haciendo por estos días.
¿Cómo explicarte que rompiste el corazón, cuando ni siquiera llegaste a tocarlo?

En un cubo de vidrio, se puede ver el ultimo cuadro que pintaste.
Es de colores pasteles, azules y negros.
No entiendo las figuras, pero representan libertades.
Esas que siempre me son robadas por un sueño que nunca recuerdo.

Al lado de la ruta, observe un juego de niños.
Dos personas declaraban su amor por primera vez.
La imagen se interrumpió por que tocaste mi hombro
Y un camión lleno de vacas se detuvo para que deje de ver.

Cuando cene, pedí fideos. Me recuerda a mi niñez,
cuando comí el primer bocado, una historia volvió a nacer:
Pintaste un payaso que lo pusimos junto a los libros
Que alguna vez compraste y te negaste a leer.

En la pagina final de la novela, el personaje admite
Nunca me gusto el camino del héroe.
Quiero ser transeúnte, de muchos lugares
y no quedarme en uno hasta ver el atardecer.

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