domingo, 18 de agosto de 2013

De cuando por aquellos tiempos solo nos divertíamos juntando luciérnagas en una bolsa de papel.
de cuando no nos importaba irnos lejos, bien lejos, por que no nos daba pena volver.
de cuando no le teníamos miedo a la oscuridad, o irnos a dormir al pino.
De cuando jugar a ser hombres era solo cosa de chicos, y nosotras agarrábamos los palos de los arboles y también queríamos ser piratas.
La inocencia era cosa de todos los días, la ingenuidad también. Era todo tan nuevo que nos gustaba. El fuego nos hipnotizaba y podíamos quedarnos horas observando si nos regalaba alguna forma.
Todas las oraciones van en pasado, por que la pelota que alguna ves tiraste nunca más volvió, y todo lo que teníamos se fue como el humo que salia de aquella parrilla. Por que lo quisiste tirar todo al fuego, y eso nunca lo entendí.
No espero respuestas a preguntas egoístas . No espero ser el centro de atención. No espero cosas de nadie, o por ahí espero cosas de todos.
Hoy en día ya nos dejamos de entender.

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