En El club "Atletico defensores de Salvador Maria", la gente hace cola, y se rejunta, como la ruleta en un casino de mala muerte, para jugar a un juego que regala fichines.
Yo sin embargo me alejo, por que así es como los niños se convierten en jugadores, y con certeza se que eso no tiene vuelta atrás.
El chiquito rubio y violento que salta sin parar para buscar a su princesa, me convence, y yo ya quiero jugar.
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Opiniones reciprocas.