Manejando por la ruta, a la velocidad que ella quería, Maria se perdió en medio de la nada. De repente, se detuvo, en medio de un camino que seguirá, que era interminable para ella. Se miro por el espejo retrovisor, y una sonrisa se le dibujo. A continuación prendió su stereo y una canción de Françoise Hardy, empezó a sonar. "Françoise Hardy" repetía ella, le encantaba como sonaba ese nombre "Françoise Hard". "Françoise Hardy", todo lo que ella decía era lo que se oía. Abrió la puerta de su auto, y se bajo. Su pequeño descapotable negro, la ruta y ella era todo lo que se podía apreciar.
Se subió al capo, se acostó y miro al cielo. De su bolsillo saco un cigarrillo, un cigarrillo estilo frances y lo prendió. Eso fue todo, eso era la libertad. Para alguno es mucho y para otros es algo tan simple y poco, como esto.
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Opiniones reciprocas.