Abrí un libro para perderme en su lectura y tus letra estaba tatuada entre las hojas, la palabra melancolía resaltaba entre uno de los parafos marcados y eso fue lo que sentí. Aunque encontrarme con esos pequeños regalos que dejaste inconscientemente, llenan de felicidad mis momentos cotidianos. Y ahora quiero releer mil veces más el mismo libro, pero no para perderme en su lectura, si no para perderme entre las palabras que dejaste en el.
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