En un viernes lluvioso en Buenos Aires, decidí ir al Camarin de las musas para ver esta obra, que desde que me entere que la había escrito y la estaba dirigiendo Irene Ickowicz, quería ir a ver.
Simplemente voy a resumir mis palabras para recomendarla.
Los actores dan cátedra, mientras corren durante la hora que dura la obra, mostrando el poder que tienen las palabras para curar o destruir.
Los diálogos son simplemente sublimes, y terminan llevando lo a uno a la reflexión.
Desde mi pequeño papel como espectadora no deje de reír y de disfrutar y simplemente si quieren ver a un genio trabajando vayan a verla.
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Opiniones reciprocas.