martes, 22 de noviembre de 2011

Fragmentos.

Estaba sentada, pensando en todas las cosas que debería ponerme a hacer y no estaba haciendo. En la mesa de un bar, mis dos acompañantes hablaban de temas banales que no me interesaban, el humo del cigarrillo me estaba matando. Yo quería prenderme uno, pero no llevaba ninguno conmigo. De repente miro a la ventana, y ahí estaba mi pequeña amiga, me miraba fija en el vidrio, tenia toda su completa atención, y no pude evitar sonreír le, ella me hizo una cara graciosa, y yo le puse una de mis particulares miradas, y se río. Después de un momento, su papá vino y la reto. Ningun motivo particular solo la reto.
En busca de cómplices para su próxima aventura, era yo la elegida, yo estaba ahí, y por un momento compartimos un secreto, un momento entre las dos. Por un momento se había ganado a una nueva amiga.
Luego pise tierra, y me uní a la charla con mis amigas. Pero lo mejor de la noche, fue ese momento, en el cual todo por un instante, se apago, y quedamos nosotras dos. Yo me vi reflejada en ese vidrio.

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