miércoles, 14 de septiembre de 2011

En momentos de insomnio, por el exceso de cierta bebida que te advierte que tiene cafeína, pero vos te haces la canchera y como la vivís tomando, pensás que no te hace efecto. Pero acá estas 2.30 de la mañana, después de haberte escuchado los 3 CD de Jack Johnson de tu Ipod, y seguís sin poderte dormir. Escribís la anécdota que viviste hoy en el 152.
Imagínense la situación que vive el promedio de la clase media de los Argentinos, cuando a las 6 de la tarde sale de trabajar y va a sus respectivos hogares, en transporte Publico. El 152 estaba lleno de gente y la mita del camino me la pase hablando con Ángelica de temas algo banales, aunque en ese momento requerían de toda mi atención. En un momento se dio cuenta de que tenia que bajarse, y ni un chau me dijo. A mi me quedaba todo el trayecto desde Plaza Italia hasta mi destino. Me puse a escuchar música como siempre, mi fiel y gran amiga de los viajes. Cuando me ubico en mi lugar con Ipod en Mano y canción elegida, unas chicas a mi derecha estaban jugando con su celular. Pasándose numero de muchachos ( en realidad lo invento, si no la historia es mas aburrida aún) y jugando con esos aparatos modernos, que la gente usa hoy en día. Yo atenta a la cantidad de gente, No quería que me roben los 15 pesos que tenia en la billetera para subsistir en lo que queda de la semana, me puse la mochila adelante, pero las chicas a mi derecha seguian casi jugando con sus celulares.
De repente llegando a el la calle Pueyrredón, la chica se aviva de su celular. No lo encuentra. La amiga ofrece llamarla. La llama. el celular da apagado. Celular Robado en el 152. Pobre chica no tuvo la culpa. Tensión en el colectivo, un ladrón andaba entre nosotros. Un chico se aviva y comenta. Si fue el petizito ya bajo. ¿Que petizo?, no vi ninguno. No estaba atenta, me podría haber pasado a mi.
Un tipico día después de un martes 13 en la ciudad autónoma de Buenos Aires.

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