domingo, 11 de septiembre de 2011

11 de septiembre.

Era un día común y corriente, el 11 de septiembre siempre es feriado en Argentina, se festeja el día del maestro, entonces por aquel día no teníamos clases.
Por alguna razón me había levantado temprano, tenia 11 años, supongamos que a esa edad siempre lo hacia. Era un día de sol, el pasto estaba verde anticipándose a la primavera que iba a empezar en algunos días. La TV, estaba apagada y yo con mi hermana fuimos a la cocina a tomar el desayuno. Todo parecía normal. Hasta que en el cuarto de alado, la radio estaba prendida, y mi abuela escuchó algo así, como que una de las torres gemelas se había derrumbado.
No lo creíamos posible, hasta que prendimos la TV y lo vimos. A los 5 minutos (en realidad no me acuerdo el tiempo estimado, pero recuerdo que fue al poco tiempo) se cayo la otra torre, y después nos enteramos de que en el pentágono había pasado algo también.
Y en ese momento algo cambio. Sentí un sentimiento raro, de angustia. Aunque en realidad mucho no entendía que pasaba. Pensaba en Mi hermano, hace unos meses atrás el estaba viviendo ahí, trabajando cerca de ahí. Y ahora estaba pasando todo eso. La TV te mostraba una dura realidad. La gente llorando, gritando, gente ayudando, el caos se manifestaba.
Me acuerdo la reacción de Bush al enterarse de lo sucedido. Me acuerdo de las gastadas que les fueron hechas después. Me acuerdo de su decisión. Estados Unidos entraría en guerra.
Esa tarde, fui al pueblo cerca de mi casa, y la gente entendió que era el terrorismo, y tenia miedo que algo pasara acá a miles de kilómetros de el epicentro de el horror. Me pareció gracioso. Lo irónico, que casi tres meses después, nosotros vivimos lo que nos pareció el final de la Argentina. Una antes y un después.
No soy Americana, no estuve en ese momento ahí, y probablemente nunca voy a entender lo que vivió todo ese país en ese día. Pero quería escribir algo sobre eso. 10 años después.

1 comentario:

Opiniones reciprocas.