El olor a lluvia, me produce cerrar los ojos, y que imágenes en mi cabeza se proyecten. Ese pasto verde de Lobos, en ese tiempo en el cual me parecía todo perfecto. Las cosas no estaban bien, por algo estábamos ahí, y no acá en Buenos Aires. Pero el no saber cosas, me hacían imaginar que todo era perfecto. Y lo fue, ese tiempo fue perfecto en mi vida. Si a esas imágenes en mi cabeza le agrego alguna canción, ninguna en particular, solo música, se me arma ese guión que se que nunca voy a poder escribir. Seria demasiado personal.
Creo que este es uno de mis grandes secretos de por que me gusta tanto la lluvia.
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