miércoles, 25 de mayo de 2016

Cuando volví a la gran ciudad, me tome un tren desde Luton a Londres, donde me encontraba con ciertas personas para ir a un cine al aire libre donde pasaban Gravedad. En el tren me senté al lado de una abuela y su nieto, que jugaban al buraco y no hablaban, más bien se quejaban de lo largo que era el viaje. A un costado cuatro empresarios sonreían. Sus negocios consistía en cagar a la gente.
Deje mi valija en una zona incomoda. Se callo varias veces pero me daba vergüenza levantarme para arreglarla, así que la deje tirada. Tenia la ropa para un mes, aunque solo estuve allí por 15 días.
Varias personas se tropezaron con ella, putearon, yo me hice la boluda cual turista, aunque hablo ingles a la perfección. La señora paso a vender café, y yo me compre un té. Baje la mesa que me correspondía, y arruine el juego de buraco a mi costado. Me levante sin pensarlo, y me moví al vagón de al lado.
Como era de costumbre empezó a llover. En mi cuaderno termine la historia que había empezado. De la puerta de un costado, se me apareció la señora del Buraco y me tiro sin pensar un papel. Yo no reaccione.
Cuando vaje del tren en St Pancras, el papel seguia en mi cabeza: Cuando lo leí decia "Te invito a una fiesta".

Gracias señora, prefiero jugar al buraco en vez.

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